lunes, 12 de mayo de 2008

Reflexión número 49

Por Jorge Carriles

El hombre siente que vive el tiempo pero también que lo desconoce. Pasa del futuro al pasado pero no le puede decir ¡detente! El presente no se detiene, en él hay siempre partículas de pasado y de futuro. El hombre es como Heráclito, quien, viéndose reflejado en el río pensó que el río no era el río porque habían cambiado las aguas y que él no era Heráclito de Efeso porque él había sido otras personas entre la última vez que vio al río y ésta. El hombre es algo cambiante y permanente.

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