No puedo fallarme a mí mismo y morir frente a un pez como éste –dijo-. Ahora que lo estoy acercando tan lindamente, Dios me ayude a resistir. Rezaré cien Padresnuestros y cien Avesmarías. Pero no puedo rezarlos ahora. Considéralos rezados, pensó. Los rezaré más tarde.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario