viernes, 30 de enero de 2009

Reflexión número 103

Por Jorge Carriles

El temor cobra un precio muy alto porque genera inhibición, pero también debemos reconocer que el niño y el joven han de temer algo si queremos que se apliquen a la tarea de aprender, cuando menos el miedo a perder el amor y el respeto de sus padres, o más tarde de su maestro y, finalmente, el miedo a perder el respeto a sí mismos.

No hay comentarios: