En el pasado la infancia se mantuvo en una nube de la que los niños iban bajando lentamente de acuerdo con la voluntad de los mayores. Los modelos de conducta y las formas de interpretar al mundo no podían ser elegidos voluntariamente por el menor. Tampoco podían ser rechazados. No había alternativas. Se enteraban de muchas cosas hasta que llegaban a cierta madurez. Algunas verdades se escondían de las miradas infantiles, otras se cubrían con vergüenza y todas se aprendían muy poco a poco. Hoy la historia es diferente porque la televisión y el Internet terminaron con ese lento descubrimiento de la realidad. Al debilitarse la función educativa de la autoridad paternal, la educación electrónica adquirió cada vez mayor auge. Un televisor no sume a los jóvenes en la ignorancia, al contrario, ahora aprenden todo desde temprana edad pero sin bases pedagógicas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario