viernes, 30 de enero de 2009

Reflexión número 108

Por Jorge Carriles

En el pasado la infancia se mantuvo en una nube de la que los niños iban bajando lentamente de acuerdo con la voluntad de los mayores. Los modelos de conducta y las formas de interpretar al mundo no podían ser elegidos voluntariamente por el menor. Tampoco podían ser rechazados. No había alternativas. Se enteraban de muchas cosas hasta que llegaban a cierta madurez. Algunas verdades se escondían de las miradas infantiles, otras se cubrían con vergüenza y todas se aprendían muy poco a poco. Hoy la historia es diferente porque la televisión y el Internet terminaron con ese lento descubrimiento de la realidad. Al debilitarse la función educativa de la autoridad paternal, la educación electrónica adquirió cada vez mayor auge. Un televisor no sume a los jóvenes en la ignorancia, al contrario, ahora aprenden todo desde temprana edad pero sin bases pedagógicas.

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