viernes, 19 de junio de 2009

Reflexión número 129

Por Jorge Carriles

Y también recuerdo, comentó el Padre Lambert, las palabras del coach Woody Hayes: la única manera de pagarle al joven por su esfuerzo deportivo es hacer todo lo posible, dentro de las reglas, para ayudarlo a obtener una buena educación. El coach Antonio Alvarez, mi hermano, pidió la oportunidad de comentar sobre ciertas reflexiones que hiciera en una clínica de la Liga Colegial Juvenil, y procedió con lo que transcribo a continuación: En los primeros años de vida del niño se establecen las bases de su capacidad psicológica de amar. El niño entiende poco a poco que ha nacido dentro de una familia y una comunidad y que ha de negarse algunos placeres y gustos para disfrutar de la aceptación. El adolescente, jugador de categoría juvenil, llega a nosotros como un ser humano con muchas preguntas por contestar y con muchas necesidades por resolver. No sólo debemos enseñarle a jugar fútbol sino permitirle la natural expresión de su ser en nuestro pequeño pero importante mundo, nuestro equipo. El valor de una educación, continuó Antonio, depende de la filosofía que la anima. Nuestros jugadores se presentan ante nosotros en total proceso de formación y con una gran capacidad de aprender y de seguir ejemplos y testimonios.
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